miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mexicano al grito de una identidad

Me gustaría comenzar por hacer mención sobre algunas características que se podrían tomar para identificar a un mexicano, y es que se puede observar que actualmente la forma de ver la vida está ligada a pensamientos, sentimientos y conductas de índoles ilógicas e irracionales, así como poco adaptativas y funcionales, debido a influencias ambientales, sociales y culturales, como son: la educación, los medios de comunicación masiva, el contexto sociocultural y económico en el que se desenvuelve el mexicano, entre otros.
Teniendo como resultado sentimientos de minusvalía debido al dominio capitalista y globalizado que aún parece inalcanzable; mostrando a una persona triste aunque con agudo sentido del humor para poder defenderse de aquellas situaciones angustiantes volviéndose susceptible e irritable y buscando refugio en conductas “machistas” ya que afirma la superioridad masculina sobre la femenina, llevando a ser supersticioso y buscando un fetiche el cual le ayude a “curar” su mal, impulsivo y fatalista sin perder su riqueza de imaginación, por lo tanto es buena su capacidad creadora y sin dejar de lado su predilección por lo pequeño y por los diminutivos los cuales emplea en su léxico.
Si bien el mexicano se le puede identificar por tener estas peculiares características como el desarrollo de una piratería inigualable, de tal calidad que suelen ser mejores que hasta los productos originales que están de venta al público en lugares establecidos en algunos casos, o por su inigualable artesanía la cual es un deleite visual pero menospreciada por la falta de “nombre” de marca extrajera de preferencia que las avale.
Creo que se debería tomar esa identidad de ser mexicano con mayor firmeza hacia otros aspectos y en especial hacia los ávalos patrios teniendo presente las festividades actuales haciéndonos sentir identificados por lo que representaron para aquellas personas que construyeron una nación y la reformaron tiempo después su ideas de libertad, aquel himno nacional que nadie quería cantar, las proezas por la cuales lucharon para darle una igualdad al pueblo y la bandera nacional, la cual es considerada como la más bella de todo el mundo.
Y cuando me refiero a identificarnos con los símbolos patrios no me refiero únicamente a solo poner la bandera al automóvil u oficina, o que ahora si queramos cantar el himno nacional porque juegue la selección, sin dejar de lado cuando se presente un puente vacacional por una festividad en el calendario de actividades escolares o laborales, sino reconocerse y sentirse parte de esa esencia que en verdad nos hace sentir mexicanos y no caer en ese pensamiento de Gabriel Marcel (1889-1973) Filósofo católico, dramaturgo y crítico francés que dice: “Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive.”

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